viernes, 19 de noviembre de 2010

Síndrome Olguita Marina

   Como saben estamos a fin de año. Quizás es muy pronto para hacer un análisis del 2010, pero como ya he escrito sufro de locura con el tema del tiempo asi que empezaré desde ahora.  He llegado a la conclusión más simplona de mi vida, me falta carretear y dedicarme con devoción a ello.

    De verdad el mate ya no me rinde como antes, sólo cuando se me prende la neurona del urgimiento estudio como la gente, he tirado el palo de que necesito vacaciones para ver si algún alma caritativa se estremece pero no pasa nada (salvo panoramas que parecen sacados del sernatur para la tercera edad), INDOLENTES! hace como dos años vengo estudiando ininterrumpidamente (tesis, clinica y ahora el grado).

  Pero seré sincera, soy una tipa bien difícil, me carga el carrete farandulero tipo bar 89  (aunque pa qué me hago la gil, con copete se baila cualquier cosa). Para carretes en casa en principio soy (era) bien quisquillosa, pregunto quien va  siempre. Pero ahora las pocas veces que salgo a alguna parte lo he pasado la rajuela, este cambio se lo debo a...El síndrome Olguita marina, si ese personaje de Sucupira que le venían los ahogos y se mandaba cambiar a carretear o gueviar non stop.

      Consecuencia natural luego de estar en el punto de engorde largas temporadas sin ver un rostro amigo salvo el de las personas que viven contigo, llegando incluso a ser un válido panorama ir al pan para pisar suelo común, encontrarse con alguien en la calle puede transformarse en el deleite diario (siempre que no empiezen con preguntitas weonas del grado), o en los momentos más extremos mirar tipos en la calle que una jamás en lucidez miraría...

     Siempre he sido media Oshin con estos temas, pero algo bueno que me ha traido el limbo es la capacidad de mandar esa yo antigua culposa de disfrutar de la vida a la mierda, para al menos  aspirar a un carrete digno ojalá bien seguido, porque pucha que me lo merezco y mis compipas gradistas también!

1 comentario:

Claudia Corazón Feliz dijo...

Entonces carretea nomás poh, sin culpas.

Me acordé que me pasé todo el invierno encerrá con mi mostra chica, y lo máximo que salía era a comprar el pan. Esa onda.

Saludos y salga!